jueves, 27 de marzo de 2014

Ejercicio para elaborar miedos y liberarnos

El miedo nos puede paralizar y dejar en lugares que, quizá, uno los siente como de “protección”; pero no de «intensidad y expansión» de nuestro verdadero Ser… 

Busca un lugar donde puedas estar tranquil@, te sientas de manera cómoda, con tu espalada derecha, y respiras conscientemente. Exhala hasta sentir que has liberado todo el aire de tus pulmones y luego tomas aire por la nariz profunda y lentamente hacia tu abdomen, y al exhalar lo sueltas lo más rápido que puedas. Tres veces haces esta respiración y luego continúa respirado naturalmente.
 
Ahora percibes las sensaciones de tu cuerpo, desde la cabeza a los pies, y busca donde se encuentra alojado el miedo en tu cuerpo, puede manifestarse como un nudo en la garganta, o dolor en el pecho, o en la boca del estómago; o a modo de pensamientos. Busca lentamente hasta encontrar dónde está esa energía de miedo. Cuando lo encuentres, le permites estar ahí donde está, lo observas, sin juzgar, lo dejas que esté ahí, lo dejas que exista tal como es. Siéntelo de manera intensa en esa parte de tu cuerpo donde se encuentra.
Observas… Sientes…
Aceptas lo que es…
Dejas ser…
Y dile al miedo: “ahora te veo…”
Míralo, Obsérvalo con aceptación.
 
Ahora, permítete acercarte lentamente y abrazar el miedo en cualquier expresión que este haya escogido.
Dale Amor y Luz.
Agradécele por cualquiera que haya sido el trabajo que tenía para ti, y por estar contigo por tanto tiempo.Ahora, respiras conscientemente, tomas aire nuevo y al exhalar sueltas y entregas el miedo a Jesús, alEspíritu Santo, al Universo o en quien tu creas y tengas confianza.
Visualiza a lo lejos la Luz de la Vida, infinita y poderosa, y percibe que siempre fuiste guiado por esta Luz de la Vida y siempre lo serás, no estás sol@. Somos todos un solo ser unidos al Creador, a la Fuente Original…
Inhala y toma esa Luz del Creador, todo tu cuerpo se llena de esa luz y llena esos espacios donde antes habitaba el miedo.
Luego, esa luz se expande a tu alrededor.
Eres luz e irradias luz de vida en tu entorno.
Dile a la Luz: “Gracias… Por Favor…Si…”
Puedes realizar este ejercicio las veces que sientas en tu interior que lo necesitas, hasta sentirse aliviado/a y en paz.

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