miércoles, 16 de mayo de 2018

DÍA 10, El poder del espejo, Louise Hay

AMA TU CUERPO, SANA TU DOLOR

"La lección de hoy es sobre el dolor, es decir de dónde surge, lo que te está queriendo decir y lo que puedes aprender de él"
Muchas personas viven con dolor o enfermedades diariamente. Puede que se trate de una pequeña parte de su vida o que ocupe la mayor parte de ésta.
Hoy vas a usar el cuerpo y a sanar tu dolor.
Nadie quiere sentir dolor, pero si lo sientes,¿qué puedes aprender de ello? ¿De dónde surge ese dolor? ¿Qué está intentando decirte? Puesto que el dolor puede ser una manifestación de un mal-estar físico o mental, es evidente que el cuerpo y la mente son susceptibles a él.
Hace poco fui testigo de un maravilloso ejemplo de ésto mientras observaba a dos niñas pequeñas que jugaban en un parque. La primera niña levantó la mano para pegar de mentiras a la otra en el brazo. Antes de ponerle la mano encima, la otra niña exclamó:
-"¡Ay!" La primera niña miró a su amiga y le preguntó:
-"¿Por qué te has quejado si todavía no te he tocado?"
-"Bueno, porque sabía que iba a doler" respondió la otra.
El cuerpo, como todo lo demás en esta vida, es un reflejo de nuestros pensamientos y creencias internas. Siempre nos está hablando, por si nos molestamos en escucharle. Yo creo que somos nosotros los que nos creamos todos los dolores y enfermedades de nuestro cuerpo. Todas las células de nuestro cuerpo responden a todos y cada uno de nuestros pensamientos y a las palabras que pronunciamos.
El cuerpo siempre aspira a lograr la salud óptima, no importa lo que hagamos. No obstante, si lo maltratamos con comida y pensamientos insanos, contribuimos a nuestro malestar.
El dolor puede manifestarse de muchas formas: como un achaque, un arañazo, un golpe en un dedo del pie, un morado, una congestión, un trastrorno del sueño, con una sensación de estómago revuelto y una enfermedad. Está intentado decirnos algo. El dolor es la forma que tiene el cuerpo de ondear una bandera roja para llamar nuestra atención, un último intento desesperado de decirnos que algo no va bien en nuestra vida.
¿Qué hacemos cuando nos duele algo? Generalmente vamos corriendo al botiquín o a la farmacia y nos tomamos una pastilla. Cuando hacemos esto, le estamos diciendo a nuestro cuerpo: "¡Cállate! No quiero escucharte".
Nuestro cuerpo se callará durante un rato, pero volverá a susurrarnos, aunque esta vez con más fuerza. Imagínate qué sucedería si le dijeras algo importante a un amigo, pero no te escuchara. Se lo volverías a decir y, probablemente, más alto. Si aun así siguiera sin prestarte atención, lo más probable es que te pusieras nervioso y perdieras el control. O que te sintieras rechazado y pensaras que no te aman, y puede que te encerraras en ti mismo.
A veces las personas quieren estar enfermas. En nuestra sociedad hemos convertido el dolor y la enfermedad en una forma legítima de evitar las responsabilidades o las situaciones desagradables. Si no aprendemos a decir no, tendremos que inventar algún mal-estar que pueda decir no por nosotros.
No obstante, llegará un momento en que tendrás que prestar atención a lo que está sucediendo. Escucha a tu cuerpo, porque en realidad lo que él quiere es estar sano y necesita de tu colaboración.
Considera cada uno de tus dolores como un maestro que te está diciendo que tienes una idea falsa en tu conciencia. Alguna de tus creencias, algo que has dicho, hecho o pensado no es lo que más te conviene.
Siempre me imagino a mi cuerpo tirando de mí y diciendome: "¡Por favor, presta atención!"
Cuando descubres el patrón mental que se esconde detrás del dolor o de la enfermedad, tienes la oportunidad de cambiarlo a través de tu trabajo del espejo y frenar el mal-estar.
¿Estás dispuesta/o a prestarle atención a tu cuerpo y a liberarte de la necesidad que ha contribuido a tu dolor? Si es así, empieza tu trabajo del espejo y aprende a amar tu cuerpo y a curar tu dolor.
Mírate al espejo y di:
Respiro libre y profundamente. Escucho los mensajes de mi cuerpo. Alimento mi cuerpo con comida saludable y nutritiva. Descanso cuando mi cuerpo lo necesita. Amo este extrarordinario cuerpo. estoy a salvo. Confío en el proceso de la vida. No tengo miedo.
Repite estas afirmaciones.
Tu pensamiento del corazón para hoy:
Escucho atentamente los mensajes de mi cuerpo.

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